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Poema de Ausencias 

Por Eneida A. Incer

Vintage Typewriter

Poema de Ausencias

Observa tu rostro ciegamente en el espejo

Así tu soledad

Se sentirá doblemente acompañada.

Víctor Ruiz

La hebra de tu pelo entre la lluvia de octubre todo lo sabe:

Conoce el color de los sueños, 

el equilibrio de la herida

los treinta cigarros que fumás contra el insomnio 

la canción que siembra el tacto entre las enredaderas del invierno,

mientras cocés a mano la nostalgia.

El pasado es una ciudad sin rumbo,

un cúmulo de pasos rojos cruzando los agujeros del deseo 

en el filo intocable de los ventanales de la memoria.

La alegría se envenena con el estigma del recuerdo

pues humillante es toda posesión si está a solas

Inmensa y letal la ausencia que arde esta noche,

como el frío que una vez supo tocarte, 

Abrazarme en las estaciones de tu cuerpo,

Desayunar bajo el paragua de tus ojos 

Y devorarme en lo profundo como un pedazo de agua.

 

 

 

 

 

El fractal de las cenizas

 

En este día inacabable

En el que ya no somos los mismos,

Mis tibios pasos son huellas

Que surcan vacíos el cielo.

Sólo las aves creen que el horizonte es

            I n f i n i t o

Y sólo quien ama cree en lo

            E t e r n o

Pero el amor tiene tiempo de caducidad

y es el primero en morir

sin que nosotros lo sepamos

y así la noche se convierte en

p o l v o

y los recuerdos en una antorcha rebelde

que en medio de la nostalgia

incinera todo con la pureza de su

 f u e g o.

 

 

  

 

 

 

A veces

 

A veces te da por pensar cosas inútiles:

En la polilla que suspende el tiempo,

en la luciérnaga que todo lo guarda

en las cosas más formidables de un circo.

Te da también por buscar cosas perdidas:

un trapo rojo,

una vela verde,

una flor amarilla,

el canto de una estrella

tras esos terribles silencios.

Pero todo se interpone entre vos y el tiempo. 

¡T  o  d  o!

 

 

  

 

 

 

La voz tomada

Para Alejandra Pizarnik, con el amor de siempre.

 

Las paredes con huecos son como un cuerpo con pequeñas heridas,

cicatrices de colores que empuñan la tristeza

y la tejen con fingidas sonrisas al despertar el alba. 

No me gustan las paredes tristes.

Me da pavor que un día quieran contarme algo

o coleccionar sobre mi sombra el silencio. 

Siento miedo de que quieran llamarme por mi nombre,

que me ofrezcan un ramo de margaritas

para construir mi estatura.

Por eso camino lejos de las paredes agujereadas

de las que tienen bocas y dicen:

- mira este hueco azul, punza y hiere a pedazos el agua.

- Este otro, ve morir sonrisas a cada instante,

- este blanco, siembra jazmines y gardenias,

- y este otro, levanta los escombros con la terquedad del artesano

Yo me fugo cuando eso pasa,

me envuelvo entre las sábanas

            y camino sobre ellas buscando el fin del mundo

como las hormigas. 

Nadie sabe por qué

Pero esas paredes son pequeñas parcelas de soledad

que apilan el dolor

y lo cuelgan como pellejo de animal abandonado

por inciertos caminos

para que más de alguna vez tropecemos con ellos. 

Yo no sé ustedes,

pero creo que esos agujeros

son minúsculos 'artificios de muerte',

aunque Alejandra insiste en que son flores.

He tratado de convencerla

para que no se acerque tanto a ellos,

pero arrastrada por su propia miseria,

insiste en hurgar verdades.

La última vez que conversamos,

me dijo que en esos huecos atesora lirios

para el día en que deba enterrar a sus vivos.

 

 

 

 

 

 

 

Las manos dentro del agua

 

Comprenderás que soy un tanto complicada: río de todo y lloro por nada. Me levanto con el pie izquierdo y con el derecho a la vez para no perder demasiado tiempo en recordar con cual debo levantarme.

Me baño con agua fría casi todos los días porque no encuentro agua tibia en ningún sitio. Corto las margaritas en verano, entierro los poemas de partida y sólo dejo los que tiene puertas y ventanas y aquellos que le dan la bienvenida a las palabras que te gestan.

Por más que quiera, no puedo escapar de las gotitas de agua que caen en mis poros, aunque no llueva y, por una extraña razón que desconozco, huelo tu pelo a kilómetros de distancia. Todas las noches acuesto a la poesía en mi cama, la arropo junto a mi tacto y la cubro de esperanza para que descansen las heridas.

Sé que estoy viva si un perro ladra, si me despeino y reaparezco tendida sobre la hierba conversando largas horas con la luna.

Busco las orillas de las cosas para descansar de las gradas que tanta agitación me causan. Construyo casas junto a las estrellas para que no me alcancen las cosas cotidianas. De este modo es mía la eternidad que queda y tuyo el pálpito que la teje.

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Eneida A. Incer (Granada, 1982). Poeta, ensayista, secretaria, maestra de educación primaria y secundaria.  Se licenció en Derecho (UCA, 2005) y en Lengua y Literatura Hispánica (UNICA, 2016). Recibió talleres de Literatura nicaragüense (UNAN 2011); poesía (UNAN, 2014-2015); desarrollo de modelos de negocios (INCAE 2015); autoliderazgo (Thriive 2015); fijación de costos (CET 2014); administración y planificación de presupuestos (ANIPASA, 2014). Ha escrito artículos, ensayos literarios y lingüísticos para el periódico El Pulso (Honduras). La revista Senderos (Nicaragua, 2016), Ágrafos (Washington) y Álastor (Nicaragua) han publicado sus poemas. Ha colaborado para la revista Lastiri como correctora de estilo y es parte del Consejo Editorial de Casasola Editores. Laureada con la distinción honorífica Summa cum laude tres veces consecutivas con las siguientes monografías: Exégesis semiótica de la figura del dictador como ente de ficción en la novela La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa (2013); El neobarroco en La Insurrección solitaria de Carlos Martínez Rivas (2016); La responsabilidad extracontractual del estado nicaragüense (2005) esta última editada en formato de libro y posteriormente publicada por la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua. Además, ha dictado conferencias de literatura y lingüística en la Universidad Católica, Redemptoris Mater (Nicaragua), en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y en la UNAN-Managua y conferencias en Derecho en la Universidad Popular de Nicaragua. Ha ganado concursos de investigación financiados por el UNFPA (2003 y 2006) y obtuvo el primer lugar en las olimpiadas jurídicas de la Facultad de Derecho de la UCA en los años 2003 y 2004. Durante los años 2010-2015 estudió flauta traversa en la Casa de los Tres Mundos y Canto Lírico en esa misma casa de estudios (2010-2015), donde formó parte de la Compañía Artística Coral como soprano lírico.  En 2013 participó en el encuentro nacional interuniversitario de poesía en homenaje al poeta Pablo Centeno Gómez (UNI, 2013). Actualmente, cursa la maestría en Filología Hispánica en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y recibe un curso sobre narrativa en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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