Selección poética
Por Hermógenes L. Mora

Por ser mujer
Por ser mujer
vetada estás desde que naces.
Por ser mujer,
posees gran hermosura,
no enseñes mucho
de tu piel,
no camines tan coqueta
no te muestres tan inteligente,
hay mil machos y tú eres carne.
No, no muestres mucho,
alguien puede mal interpretar de lujuria
la libertad que reclamas.
No, no mires a los ojos,
te pueden quitar la vida por deshonesta;
¿Acaso quieres desatar la ira del dios hombre?
Cuida de hablar a gusto,
tu marido puede pensar que eres una meretriz.
¡Ten cuidado!
que por ser mujer, llevas contigo
“las ganas de hacerte secuestrar
y el gran deseo que cargas es hacerte violar
y anhelas el hacerte asesinar en el acto”.
¡Ten cuidado!
que hay mentes atroces pensando
que no tienes derecho a pensar
ni a sentir
ni a ser libre
ni a amar;
¡Solo por ser mujer!
Porque las conozco un poquito
Porque las conozco un poquito,
¡no bastante!
porque las conozco un poquito,
¡no mucho!
solo lo suficiente. Lo suficiente
para poder ver en sus ojos
la chispa divina
que las hace especial.
Lo suficiente para saber qué les gusta
y qué no les gusta,
lo suficiente para encontrar las palabras
que cambian lágrimas por sonrisas.
Conocer se debe de una mujer,
¡qué les hace reír, qué les hace llorar!
¡dónde un suspiro las lleva a un coito!
el punto exacto donde el orgasmo
se vuelve locura,
o se transforma en divino.
Conocer se debe de una mujer,
la frase romántica
con la que se vuelve un ángel,
la frase perversa que la transforma
en buena amante;
pero, no menciones la palabra
que las vuelve un demonio,
da por hecho, conocerás el infierno.
Porque las conozco un poquito
¡no bastante!
porque las conozco un poquito
¡no mucho!
solo lo suficiente. Lo suficiente
para saber que sin ellas,
simplemente no existimos.
Conocer se debe de una mujer,
un poquito de sus misterios,
la extensión de su sonrisa
la magia que nos hechiza;
El gigante y milenario y místico misterio
que se esconde en el incomprensible deseo
de ser esposa y mamá.
El misterio de la vida es tan grande
que seguramente se esconde
en los misterios de una mujer.
Si tan solo lográramos su esencia conocer.
Porque las conozco un poquito,
¡no bastante!
¡no mucho!
lo suficiente,
como para ver en sus ojos
más y más misterios.
Porque las conozco un poquito,
¡no bastante!
Porque las conozco un poquito,
¡no mucho!
lo suficiente como para saber
que sin ellas;
No podemos vivir.
Panamá 6/12/19
Cuarenta años
Tengo cuarenta años y me asustan los años que vendrán
Sí, me asustan los años que vendrán,
pues no calificaré en muchas cosas que la vida moderna nos exige.
Cuando éramos niños y jugábamos al béisbol,
con un pedazo de palo como bate y una pelota hecha de trapos
y tejida con cuerdas,
era lo que bastaba para ser feliz.
Pero un día de tantos,
nos levantamos con la absurda idea de ser grandes
y soñábamos con crecer,
no sabíamos que crecer te vuelve autómata e infeliz.
Si alguien nos hubiese dicho lo que significaba crecer,
quizá hubiésemos huido a un mundo de chicos,
como el de "Peter Pan".
Tengo cuarenta años y la vida se me comienza a escapar.
Tengo miedo de saber que seré más viejo mañana,
pues el mundo de hoy desecha lo viejo,
no importa la experiencia que tengas,
importa cuán rápido puedas producir,
no importa cuánto puedas enseñar,
porque los empleadores y los gobiernos
no quieren que le enseñes a los jóvenes.
Los jóvenes no conocen su propia voluntad,
porque el mundo moderno se las ha robado.
Tengo cuarenta años y me comienzan a doler las piernas
y el sol ya me quema hasta los pensamientos
y el frío me resfría con tanta facilidad.
Si alguien nos hubiese dicho lo que significaba crecer,
quizá hubiésemos huido a un mundo de chicos,
como el de "Peter Pan".
Cultura de odio
Cultura de odio hermanos...
El dogma sagrado
del que ejerce el poder.
Odia a tu prójimo,
como no te odiarías a ti mismo,
dale una bofetada
cuando exprese su deseo
de una sociedad libre
de dictaduras,
no permitas que el demonio
de la bondad
les obligue a matar la sed
del que pide agua.
Cultura de odio hermanos...
Gánate el pan de cada día
asechando al letrado,
él es peligroso,
sus letras te pueden matar,
cuídate, sus palabras,
son aguijones que abren los ojos
armas letales contra la ignorancia.
Cultura de odio hermanos...
El dogma sagrado
del que ejerce el poder.
Pero estás a tiempo
de cambiarlo todo,
si eliges tan solo:
"Amar a tu prójimo,
como te amas
a ti mismo".
¡Ya no odies hermano,
ya no odies!
Un mundo de smoke y plástico
Atesta la ciudad de fragor y máquinas
por doquier,
de gentes yendo y viniendo entre la lluvia
y el sueño,
de aves buscando un nuevo refugio
sin semáforos.
Presuroso corre el río hacia el mar,
con un llanto entre sus quebradas,
le duelen sus corrientes
saturadas de desechos humanos;
el plástico le ahoga.
No, no es una nube fría
esa nube que vuestros ojos ven,
esa nube grisácea
es polvo buscando un valle verde
entre el concreto
y las torres gigantes que se yerguen
y que se han robado el espacio,
de las garzas y las gaviotas.
Una miríada de autos aguarda
por la luz verde,
mientras un tropel de humanos va
por la calzada,
en busca de sueños contaminados
y de comida chatarra.
Con el alma tácita y tumefacta
nos abrazamos
al oriflama de la esperanza,
mientras nos devora
la incertidumbre,
en este mundo de smoke y plástico.
INMIGRANTE
Alejandro Magno atravesó el Helesponto para conquistar naciones
y enriquecer su imperio.
El inmigrante atraviesa fronteras para salir de la pobreza,
para conquistar su libertad, para llevar pan a la mesa.
El inmigrante es un campesino que deja el arado tejiendo
esperanza con el color de las milpas para
volver con los medios para hacerla parir.
El inmigrante es un médico
que se quemó las pestañas
por años
tras la tenue lumbre de una lámpara de noche,
pero solo ha de lavar los platos
en un restaurante capitalino, durante doce horas diarias.
El inmigrante es un maestro, es un licenciado es un ingeniero
que acarrea bloques en la construcción
de la torre, que se elevará treinta pisos hacia el cielo.
El inmigrante reza al cielo porque sean respetado sus derechos,
¡Pero el cielo no responde nunca!
El inmigrante es un filósofo,
un poeta lejos de su nación,
soñando con la igualdad y la libertad de expresión.
Le han contratado sin derecho a sus derechos.
El poeta es un centinela que ríe y ama,
siente y llora el acto inhumano,
de la explotación a sus hermanas y hermanos.

Hermógenes L. Mora, poeta y escritor nicaragüense. En 2009 salió de su patria a trabajar como inmigrante, primero a Costa Rica luego en 2012 a Panamá. Desde entonces se ha involucrado en las letras panameñas. Ha publicado en este país tres obras: Un plan para escapar, Tabúes y realidades (utopías en versos) y Seis relatos para una tarde y una taza de café. El poemario Tabúes y realidades ha sido leído en República Dominicana, Estados Unidos, México, España y Nicaragua.