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En presencia del verso

Por Fredy Tato Mejía

ENCONTRAR LA VOZ

 

Necesito cambiar de nombre al mar;

no encuentro, en el rostro de los muertos,

la marea de la angustia.

 

Un verso de duraznos

se pudre sobre mis manos

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En el aire saboreo un bosque de arándanos,

pero no es la primavera

es un charco donde crecen cucarachas

 

Mañana vendrá la palabra vuelta pan

todos tendremos hambre.

Entre nuestros dientes,

otra boca muda masticará el llanto

 

 

BRODERCITOS

Al Moz y cualquier persona que me haya visto llorar

 

Te he mentido, Brodercito

no vivo aquí.

Solo busco la ternura

que fue arrojada al mar

desde que estrené la clave del llanto.

 

Estoy húmedo de esperar la madrugada

para poder retornar a los pájaros de la derrota.

 

(Le hago preguntas estúpidas al ordenador.

¿He de morir?

¿Qué tristeza abandonará la mirada de mi madre

viéndome bajar a la tierra, como ella lo predijo?)

 

Vuelo y a veces tengo espinas en el pecho.

Yo sé que me has visto chorreado

en un rincón del desprecio.

 

Yo también he visto anochecer en tus manos

y querer preguntarle al niño de la nariz mocosa

cómo se regresa al hogar.

 

Mar adentro,

mar adentro,

mar adentro.

 

Con seis dólares la hacemos.

 

 

 

NOMBRE IMPROPIO

 

I

Mi nombre

glándulas tercas del viento

donde pálidos,

en los surcos de la palabra,

cosechan herrumbres

de un lamento de plástico.

 

II

También tengo otros nombres

como cáscaras que dejó un niño de ceniza1

 

  1. nunca existió la llama que abrasó el puente de la ternura

pero aún nace un río sucio que desemboca en mis manos.

 

III

El nombre de mi hijo no existe,

pero hay un dios macabro

que lo llama y anuncia su partida,

por eso iré a mi hogar

a desmembrar su mirada

y a esparcir su llanto

en los capullos de mis vicios.

 

IV

Hubo un nombre hermoso sobre mis mejillas,

mi abuela lo tejió con sus vértebras rotas.

Con él promulgué mi paso por la vida,

semejaba su canto triste por las tardes.

Arropé mis heridas entre su lana de manos cansadas.

 

Un día quise asesinar a Dios

y sofoqué sus manos,

su canto

y su llanto

con cada letra de mi nombre.

 

Jamás me volvieron a florecer las mejillas

como entonces.

 SOBRE EL ENTUSIASMO

 

0

Vendrías a verte si fueras yo

el único ser en la tierra que llora frente al público

o iría a conocerte al circo del abandono

para entregarme una sonrisa de hoja seca.

 

Ni caminas por la cuerda floja

ni me encierro en el tanque

bajo agua

 

vengo ante mí a ofrecerte ayuda

Las doce plagas de Egipto

y un beso en el huerto de los olivos

 

Nunca busqué al otro lado del espejo a un amigo

sino a un verdugo

 

3

 

siento vergüenza de estar vivo

pienso en los cheros

con los que conociste la muerte

me pregunto

por qué no lloraste en el entierro

a pesar de haber cargado sobre tus hombros

los restos inútiles de mi hermano

 

 

5

 

soñá cosas bonitas

me dijo la última persona que te amó

 

después de tantas noches

aún hay cosas que me dan miedo

 

la sombra de tu madre

que me espera

encorvada en la esquina de la cólera

 

la plegaria de tu padre

que solloza desnudo

y suplica mi piedad

desde la isla vacía de la locura

 

soñá bonito

me dijo la última persona que te amó

esa mujer que cuelga deshabitada del polín

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Fredy Tato Mejía (Santa Tecla, 1997) Poeta y vendedor de libros. Vive en Sonsonate. Estudiante del Departamento de Letras en la Universidad de El Salvador. Creador de los ciclos de poesía en Sonsonate "La Función poética”. Miembro y fundador del Circulo Literario TecoloT y del Colectivo Literario Zenzontle. Ha publicado  en antologías, revistas digitales, así como la selección  √441 (Literatelia, Toluca, 2019)

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