PECES

 

El pasillo se angosta a mi tamaño. Las huellas enfrían y marcan el regreso a casa. Un cuerpo desfragmentado prefiere deshacerse frente a la pecera (sólo ellos entristecen al verme).  Las puertas azotan y sellan habitaciones con gritos en sus entrañas, pero el pánico pasa lejos.

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Esos ruidos respetan las burbujas y la muerte que nada en círculos, tratando de saciar su hambre. El aroma pesado del blanco enmudece las lenguas; el abuelo sonríe en su montículo frío, mientras mis manos ahogan las palabras que sujeté para él durante toda la semana. Los peces tienen visitas y eligen con quién quedarse.

 

 

CICLO

 

Otra vez la lluvia

la gota que atraviesa

la gota que busca

la gota que surca el hueso corroído por el barro

el frío que dibuja la huella en el asfalto

y la sangre en el perro

la nariz extraviada que busca a su dueño

bajo el árbol empapado en olvido.

 

 

PÉTREO

 

Lengua 

ámbar preso en el vientre de una hormiga

salobre salud en las manos de un infante

pie ebrio de un dislocado del tiempo

 

Mentira

humo verde amordaza recuerdos

pétalo desenrolla hacia dentro:

¡emergen gusanos!

 

Es un

repone; y recobra su estómago

del insurrecto inverso

 

Es hueso astillado de un rostro tuerto

 

Es moho de pan servido para el almuerzo

 

Es la hora que añade días al hueco del mes

 

Es la pieza de labio que cae luego del beso.

 

 

CUAPE

 

Por la pobreza somos cuape. Se ha llegado a comer grano a grano el frijol en bala, partiendo; (con lo que muchos encorbatados llaman esperanza), cada grano en dos para también alimentar al de al lado. Por la pobreza somos cuape, siameses; compartiendo estómago, intestino, pies y piel.

 

 

 

DESPEDIDA

 

Evanescente

imagen

falso holograma

vida pasa

pisa

con suelas ardientes

lo inexistente.