Breve selección poética
Por Aldo Vásquez
ESCRIBAMOS
Sentimos una ola
de sangre, en nuestro pecho
Antonio Machado
Escribamos,
ante la incertidumbre del porvenir
ante el acierto de todas las derrotas
porque nada nos pertenece
aunque todo se quede rezagado
como gotas que muerden el techo.
Escribamos desposeídos
porque todo nos parece ajeno
a pesar de aferrarnos a la ausencia
de un cuerpo amado
de alhajas sucias
a mascotas muertas
a rostros desvanecidos
al eco de una despedida.
Escribamos en última instancia
como denuncia ante la vida
como protesta ante un nefasto designio
como venganza a orugas de hierro
como bitácora de un oscuro tiempo.
Escribamos, pues
con indiferencia nuestra propia condena.
EL ENCANTO DE LA PALABRA
La palabra muerte está coronada con banderas
eriza la espalda de quienes la escuchan.
Imperceptible hoja oculta en el aire.
La palabra paz es alada
desprende en su vuelo cintas de luz.
Innombrables los desconocidos que abonan los campos.
Canta el pájaro, hondean franjas
llueven flores sobre los monumentos.
La palabra echó a andar al hombre
el hombre soltó las riendas de caballos de hierro.
La palabra construye puentes
y el hombre traza fronteras
con una pluma de oro y rubíes.
DIAS DE ABRIL
I
Las nubes son densas
y el humo quema la garganta
relámpagos de plomo destruyen crisálidas.
Plumas de ángeles llueven como cuchillos,
clavadas en charcos grises
empalan libros y recuerdos.
Todo lo consume el hedor de la muerte
bajo un arcoíris de neón.
II
En las calles revientan girasoles
de las boquillas sarrosas,
zarpazos de odio y vileza
velan el sueño de los jóvenes.
Ayer, castillos de arena y lodo
hoy, trincheras de lata y concreto.
III
Las mañanas saben a brisa
las cruces florecen
la luz cubre a los centinelas
como la madre que espera
al hijo que no volverá.
El eco del río despierta a las aves
y rompen su cárcel de bujías.
Cuando veás sus alas extendidas
sacudiéndose los restos de vidrio
cuando escuchés su canto, verás
a las amables luciérnagas,
el destello de las hojas
sentirás el calor de un abrazo
y llamarás hermanos a los desconocidos.
En abril los caminos se abren
y las raíces se clavan en nuestro pecho.
LA NOCHE YA NO ES LECHO DE PLACER
Son bestias de una cruenta servidumbre
José Emilio Pacheco
La noche ya no es lecho de placer
ya no es festín de bocas sedientas de otra piel
no más noches de borrasca
no más pendencieros ni amantes en las calles.
La noche se desangra en lamentos,
bravos mastines arrastran sus apaleados cuerpos
y ametrallan con estridentes ladridos.
Ellos velan los límites de la vida
llevan al caminante al tortuoso descanso
portando su cuerpo en dentadas jaulas.
La noche ya no es hamaca de paz.
Es afilado péndulo que se aproxima al cuello,
guillotina frenada por sádicos paladines.
La noche es el tormento de las antorchas.
NOSTALGIA POR LA NOCHE DE LA INFANCIA
De niños nos asustaba la oscuridad,
las sombras empaladas en ramas,
los sonidos de las hojas quebrándose.
Nos sentábamos en un patio
a escuchar sombrías historias en tiempos felices.
Luego llegaron los amores
despojándonos de la inocencia,
junto a ellos también los inviernos.
Pero hoy hemos recobrado el temor a la noche
no a las sombras que la pueblan,
no al rumor del abandono
no a la nostalgia por un cuerpo.
Sino, al rugido de salvajes que invaden las calles
sembrando cadáveres en las aceras,
vomitando una sentencia de muerte.
Hoy quisiéramos ver lúgubres entes,
fantasmas desnudarse a la luz de candelas,
y no escuchar las zarpas de plomo
arrastrarse sobre las paredes.
No sentir la amarga duda
cuando se ignora el capricho del odio.
No envolvernos en la frágil calma
que rara vez tienen los recuerdos.
Aldo Javier Vásquez Chavarría (8 de junio de 1992) Managua, Nicaragua. Estudiante de Lengua y literatura hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – UNAN, Managua. Participó en el taller de poesía del CNE (2014) impartido por Anastasio Lovo y posteriormente del taller de poesía del CILL (2015) de la UNAN – Managua a cargo de Víctor Ruíz. Ganador del primer lugar en el concurso de poesía joven Leonel Rugama 2016 convocado a nivel nacional con el poemario “Cadencias”. Ha publicado en las revistas electrónicas Alastor, Revista Literaria Centroamericana y 400 Elefantes. También en la revista Cultura de Paz del Instituto Martin Luther King de la Universidad Politécnica UPOLI.